viernes, 23 de octubre de 2009

Televisión y Cultura de Masas

Enjuiciar la cultura impartida por la televisión comercial, resulta innecesario. Basta encender el televisor para ver con luces y colores la parte más opaca y deplorable de las masas contagiadas de incultura por la televisión de espectáculos, poco después de ser extraídas con cucharetas (cámaras) desde el trasfondo de la resaca social donde dichas masas viven emborrachadas de sensualidad y degradación moral, para exhibirlas en las pantallas como si fueran los modelos más representativos de la escala social, a las que hay que rescatar para ejemplo de los demás.

¿Y quiénes son esos modelos preferenciados por la televisión? Delincuentes y prontuariados, transexuales y prostitutas, lesbianas y homosexuales; muchos de ellos, conduciendo programas de espectáculos. Otros haciendo reportajes a faranduleros en deterioro moral y público. ¿Y por qué? Porque la televisión basura no concede espacio ni tiempo alguno para la difusión del saber; ni siquiera para programas que contengan cinco minutos de cultura útil, para que el televidente pueda encontrar elementos provechosos o válidos para superarse en el campo de la buena educación y sabiduría. Todo lo contrario, los programas basura como los llamados “talk shows” y telenovelas, como así se autodenominan algunos, son los que merecen espacios preferenciales en las pantallas; las telenovelas indecentes y obscenas, son las que más exhiben los televisores con especial preferencia en horarios de mayor sintonía.

En los programas de distracción psicosocial – porque eso sí lo son – ¿quiénes intervienen? Los o las morboconductoras. ¿Cómo? Haciéndoles estúpidas preguntas a los mismos estúpidos invitados para que barboteen por la boca, la vulgaridad en el lenguaje procaz y vulgar todas sus vivencias y costumbres del submundo en que viven.

¿Acerca de qué? De cómo se pelean los hijos con sus padres; cómo los vecinos se odian a muerte entre ellos; de la misma manera como las esposas se enteraron de la infidelidad de sus maridos y viceversa; a las chicas prostituídas menores de 15 años preguntándoles cuántos hombres han tenido hasta el momento, etc.

Para una mayor ilustración, daremos un par de ejemplos más, tomados al pie de la letra de un programa estelar del mediodía. La morboconductora: ¿Eres casada o soltera? - Casada. ¿Cuántos años ya? – 19. ¿Y en qué ha cambiado tu marido? – Casi en nada. ¿Y tú en qué has cambiado? – Ahora ya no me quito el (…) jajaja. La turba alborotada se agita y aplaude. Otra perlita del mismo programa. ¿A qué edad te casaste? – A los 16 años. Una vez que cierran el dormitorio, cómo recibes a tu marido: ¿en tanga, en hilo dental o (…)? ¿Y él cómo se presenta? (…) El regocijo llega a su tope más alto. La grupada se altera y se morbotiza.

Como vemos, para la televisión comercial el mundo de la cultura no es su campo ni es algo que valga la pena dedicarle unos minutos. Las pantallas se han hecho para ocultar el mundo de la cultura y el saber, con el fin de disponer suficiente espacio y tiempo para mostrar solamente las miserias humanas en su más cruda objetividad. Un campo ferial en donde todo se vende y todo se compra. A las mujeres las dividen en partes, en piernas, senos, glúteos, rostro y partes pudendas para ofrecerlas con precio agregado en el mercado del sexo. A los hombres les invierten el sexo para exhibirlos como vulgares homosexuales, que venden su descaro y su sexualidad contra-natura. A los niños y las niñas los cultivan en los sets de televisión para colocarlos en el mercado del veddetismo y de los clubes nocturnos.

La televisión comercial no puede dar cultura porque es una mala maestra. O sea una mala educadora, porque su existencia lo debe al auspicio de los anunciadores comerciales, a la exhibición de la violencia y a la pugna por la sintonía (rating). Consecuentemente, por este motivo, la televisión se ha convertido en la difusora de la anti-cultura, de la anti-educación que daña la formación moral y mental de la sociedad. Porque difunde y cultiva la vulgaridad y la ignorancia a rajatabla; multiplicando la bobería y la estupidez entre la masa impensante, los conductores y los televidentes.

jueves, 15 de octubre de 2009

Apaga el Televisor

“Si la televisión por sí misma no se pone límites, otros se lo pondrán.”

Cuantas veces usted lector o lectora habrá oído ó pronunciado la palabra: ¡apaga el televisor! Sin embargo, ¡ay!... el televisor sigue encendido; exhibiendo y transmitiendo desde sus empañadas pantallas, imágenes y espectáculos totalmente vaciados de todo contenido cultural y educativo. Bases fundamentales para construir el futuro de los hombres y de los pueblos. De hoy y de siempre.

Para no hacer el camino mas largo ni andar por los senderos de la imaginación – pisando nubes – veamos con la mayor objetividad posible, lo que sucede en los estratos sociales mas entorpecidos por la televisión comercial. Objetividad que no proviene de un exabrupto o arrebato de ceguera, sino de una realidad eminentemente audiovisual – diaria y permanente- que la mirada social tiene que soportar como un peso bruto sobre su propia sensibilidad. ¡Salvo que apague el televisor! Pero, ni aún así. Los espectáculos y desbordes de todas las descomposiciones humanas, persistentemente repetidas, se quedan retenidas en la memoria e impresas en la retina de los teleespectadores, nutriendo y realimentando sus bajos instintos para la fiesta de las pasiones y placer de los sentidos.

La existencia de estos hechos televisados que con fuerza destruyente van acabando con el registro de los valores éticos que norman y regulan el comportamiento moral de la sociedad, no pueden seguir así ni mantenerse intocables, porque los ávidos negociantes de la droga para los ojos, acabarán con los pocos espacios mentales libres que nos quedan. Y, serán entonces, las masas crecidas de placeres y libertinajes, quienes transitarán por los caminos más oscuros de las distracciones malsanas, sin rumbo y sin ideales para enfrentar con éxito el nuevo amanecer del día siguiente.

De llegar este momento, los hombres y las mujeres no serán mas que hordas violentadas que caminan sin saber cuales serán los siguientes pasos que guiarán sus andaduras; de tal manera, que sólo se moverán por el natural impulso de sus propios instintos.

Esta visión no la estamos imaginando con ojos de futuro, sino que ya lo estamos viendo con nuestros ojos de hoy – de arriba abajo- y, viceversa, en escenas insultantes y ofensivas que muestran cada vez mas su poder corruptivo sobre las masas sociales mas fanatizadas, que sólo concentran su mirada en las estupideces que hacen los otros.

Esta es una realidad inobjetable –tangible –, que se percibe desde la aparición de la TELEBASURA INDUSTRIALIZADA; promovida con arrebatado empeño por los negociantes del consumo masivo de todo lo que produce el mundo industrializado. Mas, todo lo que se muestra en las escenas fingidas o reales de la publicidad comercial, para ofertarlas en el mercado del consumo masivo.

Este desmedido afán por conseguir ganancias y sobreganancias, los prominentes de la televisión han convertido al aparato televisor, en el BOTADERO UNICO en donde arrojar lo que mas se asemeja al polvo y a la basura que recogen las escobas cuando barren las calles y muladares de la ciudad; basurales recolectados con grandes cucharetas – cámaras –, desde los fondones mas emputrecidos de la podredura humana.

Frente a esta inocultable realidad que produce ganancias y abundantes riquezas a los insaciables mercantilistas, tenemos aquí – para mal nuestro –, los llamados talkshows de Laura Bozzo y los otros de la misma laya, con igual hedor a sobacos, frente a los cuales, no podemos permanecer quietos ni mudos, porque no estamos muertos ni hemos perdido la dignidad para seguir por mas tiempo con los ojos clavados con invisibles alfileres sobre el televisor; admitiendo de esta manera que un artefacto, hecho por el hombre, sea hoy el NUEVO SER PENSANTE que conduce los valores morales y sociales de la humanidad.

De continuar así la TELEVISION INDUSTRIALIZADA, ejerciendo su predominio sobre las masas que la miran seducidas y embobadas, el ser humano – mas temprano que tarde – llegará a ser un animal mas que vivirá de sus propios instintos, igual como los que viven de sus garras y de sus dientes.

Si en este momento que estamos hablando de una realidad visual malsana, que ultraja la moral pública y no tomamos las debidas precauciones para corregir sus defectos, estaríamos oficiando de colaboradores eficaces, para que las pantallas sean en el futuro, los espacios mentales de las nuevas generaciones.

Ahora, soslayar esta realidad, que no admite mas titubeos ni bamboleos mentales, sería como aceptar que no somos capaces de defender nuestra propia dignidad y la de nuestros propios hijos; mas de los que la humanidad engendre en el futuro. Algo así como seguir viviendo satisfechos – contemplando impávidos – las excrecencias corporales de quienes no respetan el valor moral ni la dignidad humana.

A manera de ir concluyendo este artículo, diremos que la televisión desde su aparición pública fue recibida con alborozo y cálido entusiasmo, por considerársele como la expresión mas notoria del esfuerzo mental del hombre, en sus bríos por avanzar y prosperar en los rumbos de la ciencia, hoy esté convertida en el principal agente formador de las deficiencias mentales de los niños, de los jóvenes y también de los adultos, despojándoles sus capacidades de pensar, imaginar y de sus creencias. Tanto que hoy la imaginación, la inteligencia, la reflexión y la memoria ya no están en sus cerebros, están detenidas en las merdosas pantallas de la televisión.

Si queremos lograr una mayor comprensión o entendimiento de lo que aquí – con sinceridad – expresamos, encendamos el televisor para ver lo que en él ocurre:

1. Que la televisión ha logrado convencer a los hombres y a las mujeres jóvenes, que ellos sólo valen de la cintura para abajo y no del pecho para arriba, y que, para demostrarlo, las damas deben subirse la minifalda hasta la espalda y bajarse el pantalón mas abajo de las caderas, y el escote hasta la cicatriz del ombligo; los BESAHOMBRES – rosquetes – a peinarse como las mujeres con los pelos laceados sobre la frente, para igualarse cada vez mas a las rabadillas flojas de las mediasnoches.

2. Que la televisión ha creado ya la MENTE MASA IRRACIONAL que se autodestruye por sí misma para dejarlo solamente en un objeto sin valor que pueda manejarse según los intereses sobresalientes de los anunciantes mercachifles, utilizando únicamente sus ojos y no su inteligencia.

3. Que la televisión al igual que los objetos informáticos computarizados, ha hecho desaparecer la inteligencia y la memoria de la mente, para depositarlos en la yema de los dedos – debajo de las uñas –; porque hoy, con el habitual uso de las computadoras, ya nadie piensa ni recuerda – por ejemplo – cuanto es uno por cero ni siete entre cuatro.

4. Que la televisión motiva y estimula insistentemente a los veedores de las pantallas, para que utilicen solamente sus ojos, y no su capacidad de pensar, para que, de esa manera, puedan convivir mejor en una sociedad alborotada y encabestrada, sin voluntad ni opinión propias. Tanto, que se ha llegado a convencer a las mujeres jóvenes, que el mejor vestido para parecer bien y provocar deseos, es su propia piel, protegida únicamente por un casi invisible hilo dental que, furtivamente, se interna en el Monte de Venus.

5. Que la televisión ha impuesto la corrupción como norma de vida en las masas mas emputecidas por ella misma, desde que se adueñó del uso de las ondas hertzianas del cielo y de la Tierra.

6. Que la televisión ha impuesto, mediante permanentes y repetidas exhibiciones, el sexo aeróbico sobre los sets de televisión, a base de meneos excitantes de caderas y de cinturas en el aire; el perreo sexo con ropa, y el sexo a ojos vista. Convirtiendo de esta manera a las pantallas en PUTICLUBES para las fiestas de todos los días y de todas las noches.

7. Que la televisión fracciona a las mujeres en partes: piernas, senos, glúteos, zonas púbicas, cinturas y caderas, etc. para ofrecerlas en el mercado de las polillas nocturnas.

8. Que la televisión ha COMERCIALIZADO LA INCULTURA y deseducado a las masas, porque no ha dedicado en ningún tiempo ni momento siquiera, cinco minutos a su educación y cultivo de sus inteligencias; creando en su reemplazo, un MUNDO UNICO integrado por muchedumbres idólatras y desenfrenadas.

9. Que la televisión a base de repetidas y cargosas publicidades ha logrado producir en los teleadictos: sed para beber sin tener sed, apetito para comer sin tener hambre, y copiar todo lo que está de moda.

10. Para no continuar haciendo mas largo el camino, removiendo lo mucho que queda todavía debajo de la alfombra, diremos con ABSOLUTA CERTEZA que la televisión abierta, mediante la angurriosa mirada de los suculentos contratos publicitarios, está conduciendo a la barbarie y a la deshumanización total del hombre.

Ahora, sólo nos queda preguntar: ¿De quién depende la propiedad y el control de las ondas hertzianas? ¿De los prominentes de la televisión o del Estado? Las licencias ¿Por cuánto tiempo se dan? ¿Por 100 años o son eternas?...Finalmente pregunto: ¿Dónde está el Consejo Consultivo de Radio y Tv. CONCORTV? ¿Está en la Luna o en la Tierra? Porque queda poco tiempo para despertar mientras todavía somos seres humanos, no animales, más tarde ya sólo seremos animales, no humanos.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Las Mujeres Aderezadas

Cuanto mejor aderezado esté un potaje, más tiempo se paseará en el paladar de quien disfruta del placer de paladearlo, ¿o no?

Pues, entonces, vamos a disfrutar de estos aderezos que comienzan con quienes quieren fingir o simular ser bellas perlas de la naturaleza, aunque sean una vinagrera. El asunto consiste en la forma como destacar o brillar con luz propia o ajena, con la finalidad de obtener ventajas o lucimiento con sus entornos, capaces de despertar apetitos carnales que producen visibles desasosiegos o apetencias exigentes en los varones.

Hoy el mundo entero está contaminado de antipatía hacia la persona que posee dignidad, simplemente, porque posee nobleza y decoro, o guarda temor de quedar marginada o aislada, a causa de no pertenecer a un determinado grupo social, por motivos a veces no deseados como excitar el morbo, por el afán de exhibir sus nuevas modificaciones.

Pero como todo en la vida depende de uno mismo o del entorno social al cual se pertenece, aunque para ello haya que comenzar con el arreglo de las formas anatómicas que, además, éstas llegan por añadidura cuando estiman su presencia necesaria.

Ahora bien, nadie pondrá en duda que toda mujer desea ser apetecida por un hombre. Aunque carezca de belleza. Luego, entonces, sabedoras ellas de estas flaquezas masculinas, hacen uso de sus implantes corporales para enceguecer a quienes las contemplan con admiración, aunque sean bataclanas de las mediasnoches; condiciones necesarias si se saben que la naturaleza no les ha dado estas cualidades, queda en sus manos o en las de los cirujanos plásticos la fuente adonde recurrir cuando lo quieran o lo necesiten, para mejorar algunas partes de sus cuerpos, con el fin de gustar o producir placer en quienes las contemplan de frente o de reojo.

Cualquiera que sea el caso, aunque ofendan el pudor publico, si se sienten apetecidas, la moral pública les importa muy poco, porque en la vida todo se puede mejorar, como se hace con un desabrido manjar.

En esta observación no entran las damas que conservan el don de su distinción por su conducta respetuosa, merced de que son dignas esposas y madres de familia que más se dedican al cuidado y educación de sus hijos con el ejemplo, que acicalarse para el esplendor de las calles.

Sin embargo, en el quehacer responsable de todos los días, sin pausas ni descansos, las madres de familia siempre dan a sus pequeños descendientes, afectos y amor para toda la vida, llamándolos a su lado con diminutivos sin disminuirles el amor que le profesaron desde que éstos dieron el primer grito de espanto al nacer al mundo real.

Todos sabemos que el nombre de madre no sólo se dá a quien alumbra un hijo, si no también a quien lo cría, dentro de las normas de la buena crianza.

Tan valiosa e importante es esta labor en el desarrollo del infante, que en esa etapa se forman los hombres con determinados dones de buena conducta y sabiduría, quienes por este hecho, afloran al éxito con capacidad profesional, son precisamente las personas que han asimilado las enseñanzas de sus padres y más de lo que dá la vida.

Las mujeres condimentadas que sólo buscan el brillo de los cosméticos, tan sólo para disfrutarlo en una etapa de su existencia y de fortaleza corporal; más allá no hay otro consuelo que ayude a disminuir las penas o los latidos del corazón y el paso del tiempo vivido. Le recomendamos que bajen los párpados y no se acostumbren a sólo ser coleccionistas de admiradores.